Orquídea nace a finales del 2021, cuando la Pandemia todavía era parte de nuestra vida. En ese entorno difícil para emprender, nos dimos a la tarea de brindar una propuesta novedosa. Un lugar de trabajo en el que el paciente realmente sea el protagonista.

Los terapeutas sabemos que hay cuadros complejos, casos difíciles de tratar. Los pacientes padecen, las familias sufren. Orquídea surge especialmente con la intención de abrazar historias complejas. Para los que vienen atravesando tratamientos fallidos, longevos, carentes de efectividad. Para darle acogida a las familias que ven día a día como uno de sus hijos es rechazado por el sistema. Y en la cama, a la noche, esos papás meten la cabeza en la almohada sin saber qué hacer. Para sostener a los docentes que dentro de un aula se quedan sin recursos cuando la realidad se hace demasiado densa. Orquídea viene a poner la otra mejilla y con una terapia netamente práctica mostrar que se puede vivir mejor.

También es una forma distinta de trabajar. Cuidamos y queremos a nuestros terapeutas. Cada uno fue elegido con un porqué. Intentamos que con nosotros se sientan cómodos, en una profesión que es compleja para sobrellevar.

Desde ese paradigma trabajamos. Desde esa mirada vivimos. Y esa es la esperanza que nos mueve a seguir.  Nos encantaría recibirlos y que sean parte de la historia. Nuestra casa, es su casa.